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Hacia dónde va la industria mundial de fitosanitarios: una mirada argentina

“La industria no está mostrando novedades por el lado de la biotecnología. Ahora, el gran interés y muchos de los principales desarrollos pasan por el lado de los productos biológicos”

Hacia dónde va la industria mundial de fitosanitarios: una mirada argentina

¿Hacia dónde va la industria de los fitosanitarios a nivel mundial? ¿Qué soluciones nuevas pueden llegar a los productores en los próximos años? Esas y otras preguntas se responden en una gran cumbre mundial del sector, que se realiza todos los años en la ciudad de Raleigh, en Carolina del Norte, Estados Unidos.



Los temas que allí se discuten tendrán impacto en la Argentina en los próximos años, porque el de nuestro país es uno de los mercados más importantes del mundo. En ese contexto, la única empresa local que participó del encuentro fue Surcos.

La compañía, la más grande de capital nacional en el país, participó con una delegación que encabezó su presidente, Sebastián Calvo, y en la que estaban también los responsables del área de Investigación y Desarrollo.

“La industria no está mostrando novedades por el lado de la biotecnología. Ahora, el gran interés y muchos de los principales desarrollos pasan por el lado de los productos biológicos”, explica Calvo.

El ejecutivo relata que hay muchas empresas pensando en cómo combinar los clásicos químicos con los nuevos biológicos. “En muchos casos, lo que se busca es reducir la cantidad de producto aplicado por hectárea”, detalla.

Precisa que es, justamente, el camino que viene recorriendo su compañía con la fuerte apuesta que realiza desde hace casi una década por los productos con nanotecnología, que permiten reducir sensiblemente las dosis aplicadas por unidad de superficie, mejorando tanto la productividad como el impacto ambiental.

En la cumbre de Carolina del Norte los argentinos interactuaron con ejecutivos y científicos de las principales compañías globales y también con los más altos funcionarios de los organismos reguladores de los más importantes países agrícolas del mundo, que quieren estar informados sobre los temas sobre los que tendrán que trabajar en los próximos años, para autorizar o no su salida a los mercados.

“Es un evento en el que se presentan las innovaciones en la industria de la sanidad vegetal y se validan o no las tecnologías, a través de debates, consultas entre funcionarios y empresas, y un intercambio científico-técnico de alto nivel”, cuenta Calvo.



El presidente de Surcos precisa que cada vez se observan más concurrentes de la India, lo que demuestra el crecimiento de la agricultura y de la industria en ese país, el segundo más poblado del mundo (el primero es China).

Ellos también tienen un gran interés en los biológicos. De todas maneras, en la visión de Calvo todavía hay muchos temas que resolver vinculados a ellos. Por ejemplo, cuestiones regulatorias que no son menores.

En ese sentido, los funcionarios de varios países mostraron que será un gran desafío cómo registrar los productos, porque tienen temor de que un producto biológico (que en definitiva es un organismo vivo) pueda transmitir alguna enfermedad o algo parecido al entrar a sus territorios.

“En los próximos años se verá, entonces, si efectivamente son los biológicos una solución más para reducir el uso de químicos. Nosotros seguimos el tema de cerca pero, al mismo tiempo, redoblamos la apuesta por la nanotecnología, que ya hace años que nos lleva por ese camino”, manifestó Calvo.

Los gurúes de la industria de la sanidad vegetal reunidos en Carolina del Norte incluso ya acuñaron un término para denominar a los productos que podrían surgir de la combinación de los químicos con los biológicos. Los llaman los “Chembio”, por la combinación de las palabras en inglés “Chemicals” (químicos) y “biologicals” (biológicos).

En la visión de Calvo, hay otro camino interesante que también es posible. “Una vez que hayamos explorado aun más el potencial de la nanotecnología, creo que se la podría combinar con los biológicos para reducir más todavía la eficiencia de los fitosanitarios y sus dosis por hectárea”, plantea.

Está claro que las grandes compañías globales del sector están mirando de cerca a los biológicos. Incluso, algunas de ellas han invertido millones de dólares en adquirir a destacadas empresas del segmento.

En esa línea -contó Calvo- también se habló en Carolina del Norte de los bioestimulantes. Se trata de organismos vivos cuya aplicación le otorgaría a las plantas mayor vigor.

Es, en definitiva, un camino más que se explora en una industria cada vez más compleja, en la cual queda afuera el que no evoluciona, innova e invierte.

Surcos fue la única empresa argentina presente en esa cumbre global, tratando de estar siempre donde se diseña el futuro de la industria.

Como dice Calvo, “allí es, finalmente, donde surgen muchas de las ideas que terminarán llegando a los productores en todo el mundo, incluyendo a la Argentina. Por eso, como compañía, estamos donde tenemos que estar”.

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